jueves, 28 de noviembre de 2019

Sabías Que ... el 28 de noviembre de 1892 se pública la pública subasta de la Reconstrucción de la Caseta de Carabineros Puerta de La Línea

















En virtud de lo dispuesto por Real orden de 7 de Septiembre, la Dirección general señaló el 3 de Enero de 1893, a la una de su tarde, para la adjudicación en pública subasta, bajo el presupuesto de 51.205,15 pesetas, de las obras de reconstrucción de la caseta de Carabineros denominada Puerta de La Línea, perteneciente a la Comandancia de Algeciras.

La subasta, se celebraría en loe términos prevenidos por la instrucción de 11 de Septiembre da 1886 en Madrid ante el Centro directivo, en donde se hallaba de manifiesto el proyecto
para conocimiento del público.

En el mismo Centro y en los Gobiernos civiles de las provincias se admitían pliegos desde el 28 de noviembre hasta el día 29 inclusivo de Diciembre de 1982.

Las proposiciones debían ajustarse al modelo siguiente: se debían de escribir en papel sellado de una peseta y presentarse bajo sobre cerrado, acompañando en otro la carta de pago de la Caja general de Depósitos o de alguna sucursal que acreditara que se  ha consignado previamente para tomar parte en la subasta la cantidad de 1.000 pesetas en metálico 5 en efectos de la Deuda pública.

En el citado día y hora se procedería a la apertura de los pliegos presentados, y en el caso de que resultaran dos o más proposiciones iguales, se procedería en el acto al sorteo entre las mismas.

Modela de proposición.

D. N. N., vecino de………,enterado del anuncio publicado con fecha........ y de las condiciones y requisitos que se exigen para la adjudicación en pública subasta de las obras de………… se compromete a tomar a su cargo la construcción de las mismas, con estricta sujeción a los expresados requisitos y condiciones (si se desea hacer rebaja en el tipo fijado, se añadirá “con la rebaja de….....por ciento”).

                              {Fecha y firma del proponente.}


Condiciones particulares que, además de las facultativas del proyecto y de las generales aprobadas por Real decreto de 11 de Junio de 1886, han de regir en la contrata de dichas obras.

1ª. Para el otorgamiento de la escritura; justificará el contratista haber pagado los gastos de inserción del anuncio de la subasta en la Gaceta de Madrid y haber consignado en la Tesorería Central el 5 por 100 de la cantidad en que se le adjudicó el remate, bien en metálico o en efectos de la Deuda pública.

2ª. Es obligación del contratista otorgar la escritura de contrato ante el Notario del Gobierno en Madrid y dar principio a la construcción de la obras en el término de quince días, que empezará a contarse desde la fecha de la aprobación del remate, bajo pena de perdida del depósito que hizo para formar parte en la subasta, avisando a la vez quién es el Facultativo que le dirigirá las obras.

3ª. Con arreglo a lo que resulte de las certificaciones expedidas por el Facultativo mensualmente, se acreditará al contratista el importe de las obras ejecutadas, que deberán terminarse en el plazo de once meses.

4ª. Transcurrido el plazo de garantía, fijado en doce meses y aprobada la recepción definitiva de las obras, podrá solicitar el contratista, la devolución de su fianza, justificando haber satisfecho la contribución de subsidio.

En Madrid 26 de noviembre de 1892. El Director general,


    C. Castel

viernes, 22 de noviembre de 2019

Sabías Que ... en 1850 se reclamaba un cementerio para La Línea














Se repetía una lamentable escena en estas afueras que sugería melancólicas reflexiones. Con frecuencia acontecía que al pasar por el camino de San Roque a la Línea se tropezaba de pronto con un fúnebre, pero triste y quizá miserable espectáculo. Los vecinos de este punto, aunque eran mas de 200, carecían de un cementerio. Al ocurrir una defunción, se veían precisados a conducir el cadáver al de San Roque, que dista cuatro millas. Cuando la desgracia acontecía en una familia rica, hacían la travesía con decoro, aun cuando no les fuera grato el plus de gastos del viaje del finado y acompañamiento; pero cuando sucedía en familia pobre, resultaba ser un escarnio, una vergüenza todo el tránsito de la conducción hasta la inhumación. Empezaban por la dificultad y trabajo de tener que buscar el importe del alquiler de un carro, mendigando ya en aquel punto, ó tal vez en esta ciudad, haciéndose por consiguiente precisa la detención del cadáver, pero no la de la putrefacción. Vencida la gran dificultad del importe del carro, no pudiendo costear el viaje a un cortejo, por pequeño que fuera, entregaban el cadáver humildemente amortajado a la voluntad del carretero.

En el largo tránsito, la gravedad de acto tan fúnebre se convertía en mofa y títeres, no siendo extraño que el conductor entrara a solazarse en los ventorrillos, deteniendo el espectáculo a la puerta interior y los muchísimos extranjeros que frecuentaban este camino presenciaban tan lamentable escena, mientras los buenos patricios que tal observaban se quejaban y ahogaban su dolor y vergüenza en sus pechos. EL día ocho de noviembre  aconteció un caso de esta naturaleza. Murió en dicho punto de la Línea Nícolasa Grandiere, pobre. Sus dos hijos, entre apuros y lágrimas, recogieron de limosna en esta el importe del alquiler del carro, y entregaron el cadáver al carretero, quien, con tres chiquillos que le acompañaban, efectuó la travesía al tenor citado, entre nacionales y extranjeros, con vergüenza y dolor de aquellos, y con sorpresa y sentimiento de estos.

Otro ejemplo, ocurrió el 15 de noviembre cuando, falleció en el mencionado punto de la Línea Fernando Cereño. Su única familia era una hermana pobre y desvalida. Entre mil apuros, pudo esta solamente hallar un burro para conducir el cadáver a San Roque. Asido este al burro por la voluntad de una coyunda, sola la pobre hermana, pasó el largo mal rato durante cuatro millas, hasta conducir en tan extraña y melancólica situación el cadáver de su hermano a la inhumación. Tan dolorosa escena, era bien fácil de concebir.

Se excusarían tan lamentables escenas con autorizar la habilitación de un cementerio que había en dicho punto de la LineaEl señor cura de San Roque haría un beneficio muy loable a estos sus mas de 800 feligreses, y evitaría los escándalos citados, ayudando a dichos vecinos a remover los obstáculos para la habilitación del mencionado panteón.



Bibliografía:   El Clamor Público del 22 de noviembre de 1850
                        El Clamor Público del 11 de diciembre de 1850



Luis Javier Traverso
La Línea en Blanco y Negro


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