jueves, 4 de julio de 2019

Sabías Que ... el 4 de julio de 1883 se hacía de imperiosa necesidad el alcantarillado de la calle Barceló y afluentes, ante el temor de epidemias













Don Andrés González Rojas Alcalde-Presidente propuso que, una vez acordada por la Corporación la subasta del emmadronado (alcantarillado) de la calle Barceló (Calle Real) y sus afluentes hasta la Playa se redactaran los oportunos Edictos y documentos al Excmo. Sr. Ministro de la Gobernación, para que, anunciándolo en la Gaceta de Madrid y Boletín Oficial de la Provincia, tuviera lugar dicho acto.

Pero, la tramitación que para estos casos marcaba el Real Decreto de 4 de enero de 1884, no era tan breve como apremiante la necesidad de terminar cuanto antes dichas obras.

Las circunstancias especiales de esta localidad, la estación calurosa, en la que se encontraban, las enfermedad varicosa que se desarrollaba en la Villa y el estar amenazado de una invasión de cólera morbo, declarado oficialmente en Egipto, era causas mas que suficientes para que el Ayuntamiento adoptara cuantas medidas le inspirara, sin celo , con el fin de poner a la población de La Línea en condiciones de hacer frente a dichos males, evitando a toda costa la aparición de focos infecciosos que alimentaban el contagio.

En el animo de todos los Concejales existía el conocimiento de que hasta que no se llevara a cabo el enmadronamiento de ls población no era posible el aseo den las calles que esto era tanto mas urgente, debido a que era imposible, en esos momentos, evitar por las condiciones de las casas, que los vecinos arrojaran a la vía pública las aguas sucias, las "miasmas" (Efluvio dañino que desprenden cuerpos enfermos, materias en descomposición o aguas estancadas) que estas producían, podían acarrear sobre el vecindario grandes males.

Por estas razones se propuso al Ayuntamiento que sin perjuicio de las disposiciones que adoptara la Junta de Sanidad, se sirviera acordar que en vista de lo dispuesto en el caso 6º del articulo 36 del R.D. de 4 de enero de 1883 se solicitara del Excmo. Sr. Gobernador Civil de la provincia, la suspensión de la subasta de las obras del enmadronado., para que de este modo pudieran darse comienzo inmediatamente a aquellas por administración y terminándolas en un breve plazo se evitara, hasta donde fuera posible, que en la estación calurosa se viera esta Villa invadida por enfermedades, que tan funestos recuerdos dejaban en las poblaciones.

Real decreto disponiendo que los contratos que celebren las Diputaciones provinciales o los Ayuntamientos para toda clase de servicios, obras, compras, ventas y arrendamiento, y en general todos aquellos que hayan de producir gastos o ingresos en los fondos provinciales o municipales se celebren por remate, previa subasta pública.Gaceta de Madrid: núm. 5, de 05/01/1883, páginas 33 a 36 Departamento: Ministerio de la  Gobernación
Art. 36. No es necesaria la subasta:1.º Para los contratos que celebren las Diputaciones provinciales y los Ayuntamientos de capitales de provincia, cuando hayan de producir un ingreso o gasto total que no exceda de 2.000 pesetas, ni para los que celebren los demás Ayuntamientos cuando el ingreso o gasto total no haya de exceder de 500.2.º Para los contratos sobre objetos cuyo productor o vendedor disfrute privilegio de invención o de introducción.3.º Para los que versen sobre objetos determinados de que no haya más que un poseedor.4.º Para los que se hagan por vía de ensayo.5.º Para los que se verifiquen después de dos subastas sin licitadores, siempre que el precio y las condiciones del contrato no sean menos favorables a la Corporación que el tipo y las condiciones que hayan servido de base para las subastas.6.º Para los que sean de tan extraordinaria urgencia, nacida de circunstancias imprevistas, que no haya tiempo para llenar los trámites exigidos en las subastas.
El Ayuntamiento considerando muy fundadas las razones expuestas por don Andrés Gutiérrez, acordó por unanimidad aceptar la proposición. 

El Sr. Concejal don Lutgardo López hizo constar, que sin embrago de reconocer la necesidad de dichas obras y de que se terminaran cuanto antes, deseaba que el que se hiciera cargo de ellas respondiera del buen éxito del enmadronado.

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