viernes, 1 de septiembre de 2017

En 1841 fue atacado por contrabandistas un Guardacostas en las aguas próximas a la Tunara







En los momentos en que la plaga del contrabando había tomado tal incremento y amenazaba como una potencia destructora las ventas y de la industria nacional,  si el contrabando continuaba protegido por los apoderados auxiliares que descaradamente lo amparaban, todos estos actos de valor que honraban a nuestros marinos solo contribuían a aumentar el abundante catálogo de nuestras desgracias.

Este nuevo hecho en las playas de la Línea de Gibraltar, acaeció de la siguiente forma:

Consecuente a las órdenes que le habían comunicado a don Manuel Monfillo patrón del falucho Guardacostas “El Vigilante”, de la empresa Llano Ors y Compañía 1, contrata del resguardo marítimo, se hallaba haciendo el crucero al mando de su falucho, entre los puntos llamados la Tunara y Santa Bárbara, cuando a eso de las nueve de la noche de ayer distinguió un falucho de regular porte y otro más pequeño que le seguía; inmediatamente dirigió la proa hacia ellos y hallándose a distancia de ser oído; dio las voces  al falucho, ¿quién es?, ¿de donde viene?, al que contestó, ¡soy el Atrevido! , en seguida estando más próximo, dio otra voz para que arriasen vela para pasar a reconocerlo, se colocaron uno a barlovento y otro a sotavento y a quemarropa dispararon sobre su tripulación una descarga, dé la que resultó muerto en el acto el marinero Pedro Porqué, dando la voz en medio del mayor estrépito de ¡al abordaje y mueran todos los de la Empresa! Al momento y casi sin que el Patrón pudiera  prepararse a la defensa, se halló rodeado por los expresados faluchos contrabandistas saltando a bordo armados de carabinas y sables diez o doce hombres de uno de los faluchos, mientras que el otro colocado al costado de sotavento les hacia un fuego mortífero, dando las voces de ¡muera todo el mundo y nada de cuartel!. El Patrón sin embargo del conflicto en que se encontraba y siendo atacados por fuerzas triplicadas a las suyas ya que su tripulación solo se componía de once hombres, cuando la de los contrabandistas pasaba de treinta.

Dio la voz de zafarrancho y gritando ¡viva Isabel II!, a cuyo grito sus valientes marineros, con un heroísmo sin igual, respondieron al ataque de sus enemigos peleando cuerpo a cuerpo, hasta que espantados de sus golpes de muerto, comenzaron a desanimarse; en aquellos instantes de terror pudo por medio de una pronta maniobra zafarse del falucho grande; pero aún continuaba a su bordo el combate con seis contrabandistas que se defendían con denuedo, hasta que viendo correr la sangre de sus compañeros y que no podían resistir al valor de sus marineros, dieron la voz de cuartel, que les fue inmediatamente concedido.

Desembarazado ya del abordaje, por la muerte y rendición de los que habían tenido la osadía de efectuarlo, el Patrón se dirigió a los faluchos que huían, dándoles caza, hasta que logró apresar al más pequeño cargado de tabaco, salvándose, a nado el resto de su tripulación por hallarse cerca de tierra, no pudiendo dar alcance al mayor por haberse encontrado, en territorio inglés, pero lo dio tiempo de oír los lamentos de los heridos que llevaban a bordo cuyas circunstancias fueron después confirmadas, sabiéndose por conducto fidedigno y seguro, haber desembarcada en la playa de Gibraltar tres hombres muertos y cinco heridos.

Los contrabandistas que se hallaban en tierra para recibir las cargas nos hacían un fuego continuo. El resultado de todo fue el apresamiento de un falucho cargado de tabacos de pesó de 2850 libras, 12 sables, 10 carabinas, un contrabandista muerto, 2 gravemente heridos y 4 más prisioneros, todos dentro de nuestro borda, pues fueron de los que saltaron al abordaje, esto sin contar los muertos y heridos desembarcados en Gibraltar, sobre cuyo hecho no cabía la menor duda. Por parte del Guardacostas hubo que lamentar la muerte del bizarro marinero Pedro Porqué y tres heridos aunque ligeramente.

En la carta remitida por el Patrón del Guardacostas le hacía ver a sus superiores:

 “V.S. como marino sabrá apreciar el mérito contraído por mi tripulación, en un combate que aunque pequeño por la calidad de los buques es muy grande por las circunstancias del ataque; por el número triplicado do los contrabandistas, mayor parte de sus buques, y haberse verificado todo en la oscuridad de la noche. Envista de todo, no puedo dejar de recomendar a los individuos de la tripulación cuya nota acompaño y muy particularmente a la viuda del desgraciado Pedro Porqué, para que se sirva hacerlo al gobierno de S.M."

Bahía de Algeciras 11 de julio de 1841.

El Patrón Manuel Monfillo.

Nota de los individuos de que se compone la tripulación del falucho aprehensor.

Patrón Manuel Monfillo
Segundo Francisco Monfillo
Marinero Antonio Estero
Marinero Francisco Sana
Marinero Francisco Carrillo
Marinero Pedro Benítez
Marinero Francisco Sánchez
Marinero Juan Morales
Marinero José Godoy.

El Diario Constitucional de Palma  del martes 24 de julio de 1841, después de redactar esta noticia, apuntilla:


“Este hecho de armas, al paso que nos hace conocer más y más los favores que nos dispensan nuestra generosa aliada la Inglaterra, justicio la oportunidad con que el Congreso declaró que era perjudicial la empresa de Guardacostas. ¡Pobre España!"

Luis Javier Traverso
La Línea en Blanco y Negro


1.- La historia del Servicio de Vigilancia Aduanera, puede decirse que está ligada a las vicisitudes por las que ha atravesado a lo largo de los tiempos el Monopolio de Tabacos o la Renta de Tabacos.
Con el Monopolio del Tabaco surge el contrabando y, para combatir éste, aparecen los primeros Resguardos o fuerzas encargadas de perseguirlo y reprimirlo. No sabemos a ciencia cierta cuándo se organizó el primer Resguardo de Tabacos o Cuerpo encargado de combatir el contrabando de este artículo monopolizado. Si bien podría ser en tiempos de Felipe V, el primer rey de la dinastía borbónica (1700-1746) o más bien en la época de ese gran Rey que tantas reformas acometió en España, Carlos III (1759-1788).
Por Real Decreto de 20 de febrero de 1844 se promulgan las bases del arrendamiento de la Renta de Tabacos. En la Base 28 se dice que la empresa arrendataria tendrá a su disposición el resguardo marítimo. Se hará cargo a los buques de que consta y de su subsistencia. Los comandantes de los buques guardacostas y sus tripulaciones pasarán a las órdenes de la empresa, y el servicio del resguardo marítimo se considerará como una parte integrante del contrato. El Gobierno conservará, sin embargo, la iniciativa en el nombramiento de los comandantes de los apostaderos y de los buques, a propuesta de la empresa.
Un reglamento particular redactado por el Ministerio de Hacienda, de acuerdo con el de Marina, determinará: primero: los apostaderos en que debe dividirse el litoral y fuerzas de que debe constar el resguardo marítimo; segundo, el número y clase de sus tripulaciones; tercero, los sueldos y haberes de los comandantes y de los empleados de los apostaderos y tripulaciones, y el importe de las raciones de éstos; cuarto, las visitas e inspección que el Gobierno debe ejercer en toda la marcha de este servicio.
En cuanto al coste del Resguardo, se satisfará por la empresa, por la Renta Aduanas y por la de Tabaco.
Fuente wikivisually Servicio de Vigilancia Aduanera



Bibliografía: wikivisually Servicio de Vigilancia Aduanera
                      Diario constitucional de Palma 1839 27-7-1841
                      El Guardia nacional Barcelona. 25-7-1841

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